Página 359 - El Hogar Cristiano (2007)

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El don del habla
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que la semejanza divina se grabe en la mente plástica de vuestro
hijo
No haya nota discordante
—No permitáis que penetre en el
hogar nada que se parezca a contienda o disensión. Hablad con
amabilidad. Nunca se eleve vuestra voz hasta ser áspera. Conservad
la calma. Desechad la censura y toda falta de veracidad. Decid a
los niños que queréis ayudarles a prepararse para un cielo santo,
donde todo es paz, donde no se oye una sola nota discordante. Sed
pacientes con ellos en sus pruebas, que pueden pareceros pequeñas
pero son grandes para ellos
Cuando los padres y las madres estén convertidos, habrá un cam-
bio completo en los principios de su gobierno. Se habrán convertido
también sus pensamientos y sus lenguas....
No se hablará en tono alto ni airado. Las palabras serán de un
carácter que suavice y beneficie al oyente.... Eliminad de la voz todas
las características desagradables
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Debemos subyugar el genio violento, y dominar nuestras pala-
bras; así obtendremos grandes victorias. A menos que dominemos
nuestras palabras y genio, somos esclavos de Satanás, y estamos
sujetos a él como cautivos suyos. Cada palabra discordante, des-
agradable, impaciente o malhumorada, es una ofrenda presentada
a su majestad satánica. Y es una ofrenda costosa, más costosa que
cualquier sacrificio que podamos hacer para Dios; porque destruye
la paz y felicidad de familias enteras, destruye la salud, y puede
hacernos perder finalmente una vida eterna de felicidad
¿Alegría o sombra en las palabras?
—Es importante que se
enseñe a los niños y jóvenes a velar sobre sus palabras y acciones;
porque su conducta produce sol o sombra, no sólo en su propio hogar,
sino también para con todos aquellos con quienes se relacionen
Con frecuencia un empleo imprudente del talento del habla pro-
duce desdicha. A nadie autoriza la Palabra de Dios para hablar con
dureza, de un modo que cree sentimientos desagradables y desgracia
en la familia. Los otros miembros de la familia pierden su respeto
por quien hable así, mientras que si refrenase sus sentimientos podría
conquistar el afecto y la confianza de todos
Amabilidad hacia los niños; respeto hacia los padres
Dirijan los padres tan sólo palabras amables a sus hijos; y los hijos
dirijan tan sólo palabras respetuosas a sus padres. Hay que prestar