Página 364 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
Cuando los demás manifiestan impaciencia e irritación, y se
quejan porque su yo no ha sido subyugado, empezad a cantar algunos
de los himnos de Sión. Mientras Cristo trabajaba en su banco de
carpintero, se veía a veces rodeado de otras personas, que procuraban
impacientarle; pero él entonaba algunos de los hermosos salmos, y
antes de que los demás se dieran cuenta de lo que hacían, cantaban
con él, como bajo la influencia del poder del Espíritu Santo que se
sentía allí
El dominio propio al hablar
—Dios requiere de los padres que,
por su dominio propio y su ejemplo en la edificación de un carácter
sólido, difundan la luz dentro del círculo inmediato de su pequeño
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rebaño. No debe haber conversaciones comunes y triviales. Dios mi-
ra todo lo secreto de la vida. Algunos sostienen una lucha constante
para dominarse. Diariamente contienden en silencio y con oración
contra la aspereza de su lenguaje y genio. Estas luchas no son tal vez
apreciadas por los seres humanos. Los que las sostienen no recibirán
tal vez alabanza de labios humanos por retener las palabras preci-
pitadas que estuvieron a punto de escapárseles. El mundo no verá
esas victorias, y si pudiera verlas despreciaría a los vencedores. Pero
en los registros del cielo ellos son anotados como tales. Hay Quien
presencia todo combate secreto y toda victoria silenciosa, y dice:
“Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; y el que se enseñorea de
su espíritu, que el que toma una ciudad.
Si Vd. se niega a dejarse arrebatar por la cólera, a impacientarse
o a regañar, el Señor le mostrará la salida. Le ayudará a emplear el
talento del habla de una manera tan semejante a como lo emplea-
ba Cristo, que arraigarán en el hogar los preciosos atributos de la
paciencia, el consuelo y el amor
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Manuscrito 36, 1899
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Manuscrito 100, 1902
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The Review and Herald, 24 de junio de 1890
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Carta 10, 1912
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The Review and Herald, 30 de marzo de 1897
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La Educación, 230
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The Youth’s Instructor, 31 de marzo de 1908
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Manuscrito 4, 1901
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Manuscrito 60, 1903
.
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 227
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The Review and Herald, 8 de septiembre de 1904
.