La compatibilidad
65
tos e impulsos, no por la razón y el juicio, al elegir cónyuge. ¿Fué
su casamiento el resultado de un amor verdadero? No, de ningún
modo. Fué resultado del impulso, de la pasión ciega, no santificada.
Ni el uno ni el otro estaban preparados para las responsabilidades
de la vida matrimonial. Cuando la novedad del nuevo estado se
disipó y cada uno conoció al otro, ¿llegó su amor a ser más fuerte,
su afecto más profundo, y se fusionaron sus vidas en hermosa ar-
monía? Sucedió precisamente lo opuesto. Los peores rasgos de su
carácter se intensificaron con el ejercicio; y en vez de estar henchida
de felicidad, su vida matrimonial rebosó de aflicción
Durante años, he venido recibiendo cartas de diferentes perso-
nas que habían contraído matrimonios infortunados, y las historias
repugnantes que me fueron presentadas bastan para hacer doler el
corazón. No es ciertamente cosa fácil decidir qué clase de consejos
se puede dar a estas personas desdichadas, ni cómo se podría ali-
viar su condición, pero por lo menos su triste suerte debe servir de
advertencia para otros
[73]
[74]
The Review and Herald, 2 de febrero de 1886
.
Historia de los Patriarcas y Profetas, 187
.
Mensajes para los Jóvenes, 450
.
Joyas de los Testimonios 1:578
.
Testimonies for the Church 5:122, 123
.
Testimonies for the Church 5:110, 111
.
Testimonies for the Church 5:122
.
Testimonies for the Church 5:121, 122
.
Joyas de los Testimonios 2:123, 124
.