Página 100 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
lación al trabajo de las doctoras en nuestros sanatorios. Es el plan
del Señor que los hombres se formen para tratar a los hombres y
las mujeres a las mujeres. Con relación a los aspectos propios de la
mujer, las comadronas pueden asumir la responsabilidad. En tiempos
bíblicos no se consideraba apropiado que los hombres actuaran en
esa línea, y la voluntad de Dios sigue siendo la misma para el pre-
sente. Mucho mal ha resultado de la práctica en la que los hombres
tratan a las mujeres, y las mujeres a los hombres. Es una práctica de
origen humano, y no está de acuerdo con el plan divino. Este mal ha
estado avanzando por mucho tiempo, pero ahora debemos levantar
nuestra voz en protesta por aquello que desagrada a Dios.—
Special
Testimonies on Education, 17b, 15-16 (1911)
.
La Dra. Patience Bourdeau
La Dra. Patience Bourdeau era la hija del pastor D. T. Bourdeau.
En el tiempo en que esta carta fue escrita, ella dirigía su propio
sanatorio en Grand Rapids, Míchigan, EE.UU. También actuó
como directora del Departamento Médico de la Asociación del
Oeste de Míchigan. Posteriormente se casó, y fue conocida como la
Dra. Bourdeau Sisco
.
Querida Hna. Patience: He tenido una larga conversación con mi
hijo, William, acerca de la mejor forma de conducir el Sanatorio de
Washington, DC. Le mencioné que había tenido una conversación
con su padre acerca de la posibilidad de que usted participara en el
trabajo de dicho sanatorio. Hay una necesidad imperiosa de contar
con una doctora inmediatamente. La experiencia que hemos tenido
en estos últimos días nos ha hecho decidir que debemos buscar una
doctora capaz, que pueda ser la comadrona del sanatorio, atender a
las pacientes, y dar la debida instrucción a las enfermeras. Usted pue-
de dar esta ayuda; las asistentes debieran ser instruidas debidamente
para realizar su tarea adecuadamente.
He estado escribiendo mucho acerca de la práctica en la que los
caballeros dan tratamientos íntimos a las damas. La luz que me ha
sido dada es que esta práctica generalizada no es buena, y que puede
tener serias y fatales consecuencias. He estado dando instrucción so-