Página 131 - Hijas de Dios (2008)

Basic HTML Version

La obra de temperancia
127
en el servicio a Dios. Inconscientemente le damos prioridad a los
atributos de nuestro carácter y a las opiniones de nuestra mente,
aun ante la presencia de Dios, en nuestras oraciones, en nuestro
culto y en nuestro servicio. No percibimos que somos absolutamente
dependientes de la dirección del Espíritu Santo. Se espera que el
yo haga una obra que simplemente no puede hacer. Este es el gran
peligro de las mujeres que trabajan en la obra de temperancia.
El Señor le pide que no se separe de la organización de tempe-
rancia. Ellas necesitan toda la luz que usted pueda darles. Y usted
necesita aprender de Jesús, no de ellas. Ilumine ese camino con toda
la luz que le sea posible. Usted puede estar de acuerdo con ellas en
base a los principios puros y elevados que trajeron esa organización
a la existencia. “He aquí”, dijo Cristo, “yo os envío como ovejas
en medio de lobos”.
Mateo 10:16
. Si él envió a sus discípulos a
tal misión ¿no podrá acaso trabajar a través de usted para abrir las
Escrituras a quienes están en el error? Imprégnese de la fragancia
del amor que Cristo ha revelado por la humanidad caída, y salga a
enseñar la verdad tal como es en Jesús.
Solo el Espíritu Santo es capaz de desarrollar en el corazón
humano aquello que es aceptable a la vista de Dios. El Señor le ha
dado capacidades y talentos que deben ser preservados incorruptibles
en su simplicidad. Mediante Jesucristo usted puede hacer una buena
obra. A medida que las almas se conviertan, únalas a sus esfuerzos
por enseñar a las otras mujeres que quieren ser enseñadas a vivir
y trabajar inteligentemente y en unidad.—
Loma Linda Messages,
232-233
;
Carta 118, 1898
.
Mi hermana, estoy tan feliz que usted no haya cortado los lazos
con la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. Puede ser
que tenga que hacerlo, pero no todavía. Mantenga su posición. El
Señor obrará con usted y le dará las palabras que deba hablar. Puede
que vea cosas que usted no puede aprobar, pero no se desanime.
Yo oro y confío que usted será revestida cada día de la justicia de
Cristo.—
Loma Linda Messages, 232-233
;
Carta 54, 1899
.
Mi hermana, espero que usted mantenga su influencia en la
Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana a fin de atraer a
muchas preciosas almas a la verdad. El Señor está llevando a mu-
chas a examinar la verdad, y usted no debe desanimarse. Siembre
[127]
sobre todas las aguas; y estas son buenas aguas sobre las cuales