Capítulo 15—El equilibrio en la vida
Elena G. de White a menudo usó la palabra “intemperancia” para
referirse al desequilibrio, o la falta de moderación en la vida. Los
principios que se encuentran en los siguientes consejos, pueden ser
aplicados indistintamente a cualquier aspecto de la vida. La
“intemperancia” o desequilibrio puede manifestarse al desconocer
nuestras limitaciones y aceptar responsabilidades que nos superan;
al vivir con las tensiones de la vida moderna en lugar de buscar un
estilo de vida más simple, o fallar en dedicar el tiempo apropiado a
las cosas más importantes. La mayor parte de estas declaraciones
fueron dirigidas genéricamente al hombre, pero se aplican
igualmente a la mujer.
Es necesario el equilibrio en todos los aspectos de la vida
El equilibrio es un principio de la vida religiosa
—Hay que
enseñar y practicar la temperancia en todos los aspectos de la vida,
la temperancia en lo que se come, en lo que se bebe, en cómo se
duerme y en la forma de vestirse, es uno de los grandes principios de
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la vida espiritual. Cuando la verdad se introduzca en el santuario del
alma, será una guía para el cuidado del cuerpo. Nada que tenga que
ver con la salud debe considerarse con indiferencia. Nuestra felicidad
eterna depende del uso que demos en esta vida a nuestro tiempo,
nuestras fuerzas y a la influencia que ejerzamo.—
Testimonies for
the Church 6:375 (1900)
.
La falta de equilibrio desgasta las fuerzas vitales
—Por todas
partes se ve la intemperancia en el comer, en el beber, en el trabajo
y en casi cualquier cosa. Las personas que se esfuerzan por realizar
una gran cantidad de trabajo en un tiempo limitado, y continúan
trabajando cuando su mejor criterio les indica que deberían descan-
sar, no son nunca ganadores. Viven con capital prestado, porque
gastan en el presente las fuerzas vitales que necesitarán en el futuro.
Y cuando quieran echar mano de la energía que gastaron tan irres-
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