El equilibrio en la vida
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ningún otro talento que él nos haya dado requerirá más estricta cuen-
ta que de nuestro tiempo.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 277
(1900)
.
Equilibrio entre el trabajo y la espera por la venida
—
Cuando nos entregamos sin reservas al Señor, los deberes comunes
de la vida serán vistos en su verdadera importancia, y los realiza-
remos de acuerdo con la voluntad de Dios. Mientras esperamos
vigilantes la venida del Hijo del hombre, también debemos trabajar
diligentemente. Trabajar y esperar; las dos cosas deben estar unidas.
Esto mantendrá el desarrollo del carácter cristiano en forma equi-
librada, simétrica. Por una parte, no podemos pensar que debemos
descuidar todo lo demás y dedicarnos exclusivamente a la medita-
ción, el estudio y la oración. Por otra parte, no podemos estar tan
llenos de ocupaciones y de trabajo que descuidemos la piedad per-
sonal. La espera, la vigilancia y el trabajo deben estar combinados.
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor”.
Romanos 12:11
.—
The Review and Herald, 15
de septiembre de 1891
.
Mejoramiento personal
No descuidar las oportunidades de mejorar
—Si el obrero se
ha consagrado plenamente a Dios y es diligente en la oración para
obtener fuerza y sabiduría celestiales, la gracia de Cristo le enseñará,
él vencerá sus defectos y llegará a ser cada vez más inteligente
en las cosas de Dios. Pero nadie debe basarse en esto para ser
indolente, malgastar el tiempo y las oportunidades, y descuidar la
preparación que es esencial para llegar a ser eficiente. Al Señor no le
agradan los que, teniendo ocasión de adquirir conocimientos, dejan
de aprovechar las oportunidades que tienen.—
Consejos para los
Maestros Padres y Alumnos, 392 (1893)
.
Las “cosas pequeñas” traen el éxito en la vida
—Es la aten-
ción consciente a lo que el mundo llama “cosas pequeñas” lo que
hace de la vida un éxito. Pequeñas obras de caridad; pequeños actos
de renunciamiento; pequeñas palabras de ánimo; y la atención de los
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pequeños pecadillos, eso es el cristianismo. Un reconocimiento agra-
decido por las bendiciones de cada día; un sabio aprovechamiento
de cada oportunidad; un diligente cultivo de los talentos que se nos