Página 192 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
lo que le place; si así elegimos, podernos honrar a Dios usando en
forma correcta el talento del habla.
Mi hermano, hágase responsable otra vez del cuidado de sus
hijos. No los culpe a ellos por no actuar bien, puesto que han recibido
su propia disposición como herencia. Al dirigirlos, sea firme pero
no arbitrario. Al hablarles, hágalo de tal manera como para no crear
un sentimiento de terquedad y resistencia.
Hnos. Nelson, vuestro ejemplo ante vuestros hijos no fue lo
que debiera haber sido si hubieseis estado convertidos. Si fuerais
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transformados por la gracia de Cristo, mostraríais que se puede
vencer el egoísmo, el deseo de hacer las cosas a vuestra manera, el
guiarse por las inclinaciones naturales, y hacer lo que a cada uno le
plazca. Ahora es el tiempo de mostrar que no se vive para complacer
el yo. Traed la fragancia del carácter de Cristo en vuestro propio
carácter. Apartad el espíritu de queja, de irritación y descontento.
Cultivad la pureza en el habla; cantad y orad para la gloria de Dios.
Y que la paz de Dios reine en vuestros corazones.—
Carta 47a, 1902
.
El noviazgo y el matrimonio son decisiones serias
Addie Walling, una sobrina nieta de Elena G. de White, era como
una hija para ella. Un pariente lejano de Addie parecía estar
interesado en cortejarla. La Hna. White le detalla en esta carta las
razones por las que no estaba muy entusiasmada con esa relación
.
Después de haber escrito estas líneas, he recibido tu carta que me
alivió parcialmente, pero aún sigo preocupada. Pienso en Reuben
[Tapley], y espero que no haya ninguna relación entre ustedes. Me
sentiría muy triste si le hubieras dado alguna señal para que se
entusiasme. Lo considero un joven sincero de corazón, pero no
quisiera darte en matrimonio a él por diversas razones. En primer
lugar, tiene por herencia una tendencia a la tuberculosis; viene de una
familia con esa tendencia. Sé lo que significa tratar con esta terrible
enfermedad. Tuvimos que llevar a la tumba a Nathaniel y Annie
White que murieron de tuberculosis. Enterramos a Lumen Masten, el
jefe de la oficina, víctima de esa misma enfermedad. Enterramos a mi
hermano mayor, Robert Harmon, por la tuberculosis, y sepultamos a
Sarah Belden debido a lo mismo.