Página 65 - Hijas de Dios (2008)

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Mujeres notables del Nuevo Testamento
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rodeado por una multitud. “La multitud te aprieta y oprime, y dices:
“¿Quién es el que me ha tocado?””
Lucas 8:45
. Pero Jesús se refería
a un toque de fe, no a uno casual de alguien en la multitud. Un alma
anhelante estaba buscando un tipo de ayuda que solo él podía dar. Y
después de decir: “Yo he sentido que ha salido poder de mí”, Jesús
comenzó a mirar alrededor para ver quién lo había hecho. Y cuando
la mujer comprendió que su acto de fe no podía quedar oculto, reco-
noció públicamente la transformación que se había operado en ella.
Contó la historia de su sufrimiento y de su condición desesperada, y
de su acto de fe al tocar su manto. Entonces Cristo le dijo: “Hija, tu
fe te ha salvado; ve en paz”.
Vers. 48
.—
The Signs of the Times, 10
de junio de 1889
.
La suegra de Pedro
Este capítulo está basado en Mateo 8 y Lucas 4.
Mientras que la congregación que se hallaba en la sinagoga per-
manecía muda de asombro, Jesús se retiró a la casa de Pedro para
descansar un poco. Pero allí también había caído una sombra. La
suegra de Pedro estaba enferma con “una gran fiebre”. Jesús repren-
dió la dolencia, y la enferma se levantó y atendió las necesidades
del Maestro y sus discípulos.—
El Deseado de Todas las Gentes, 224
(1898)
.
La mujer cananea
Este capítulo está basado en Mateo 15.
“Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región
clamaba, diciéndole: “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de
mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio””.
Vers. 22
.
Los habitantes de esta región pertenecían a la antigua raza cananea.
Eran idólatras, despreciados y odiados por los judíos. A esta clase
pertenecía la mujer que ahora había venido a Jesús. Era pagana, y
por lo tanto estaba excluida de las ventajas que los judíos disfrutaban
diariamente. Había muchos judíos que vivían entre los fenicios, y
las noticias de la obra de Cristo habían penetrado hasta esa región.
Algunos de los habitantes habían escuchado sus palabras, y habían