Página 74 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
estaba con ellas”. A juzgar por la vida de servicio que Dorcas había
vivido, no es extraño que llorasen [...].
El corazón del apóstol fue movido a compasión al ver su tristeza.
Luego, ordenando que los llorosos deudos salieran de la pieza, se
arrodilló y oró fervorosamente a Dios para que devolviese la vida
y la salud a Dorcas. Volviéndose hacia el cuerpo, dijo: ““Tabita,
levántate”. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó”.
Dorcas había prestado grandes servicios a la iglesia, y a Dios le
pareció bueno traerla de vuelta del país del enemigo”.—
Los Hechos
de los Apóstoles, 107-108 (1911)
.
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Lidia
Este capítulo está basado en Hechos 16.
Lidia era una comerciante en Tiatira, que vendía costosas prendas
de púrpura. Era una adoradora del verdadero Dios, y ofreció
hospitalidad a los discípulos
.
Había llegado el tiempo para que el evangelio se predicase más
allá de los confines del Asia Menor [...]. El llamado era imperativo
y no admitía dilación [...]. Declara Lucas [...]: “Zarpando, pues, de
Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a
Neápolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia
de Macedonia, y una colonia”.
“Y un sábado”, continúa Lucas, “salimos fuera de la puerta, junto
al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las
mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia,
vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios,
estaba oyendo, y el Señor abrió el corazón de ella”. Lidia recibió
alegremente la verdad. Ella y su familia se convirtieron y bautizaron,
y rogó a los apóstoles que se hospedaran en su casa.—
Los Hechos
de los Apóstoles, 172 (1911)
.
El Espíritu de Dios solo puede iluminar el entendimiento de los
que están dispuestos a ser iluminados. Leemos que Dios abrió los
oídos de Lidia para que prestara atención al mensaje presentado por
Pablo. La parte de Pablo en la conversión de Lidia era declarar todo
el consejo de Dios y todo lo que era esencial que ella recibiera, y