Página 163 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Ayudad a los pobres a ayudarse a si mismos
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pobreza inevitable y hemos de manifestar ternura y compasión a los
infortunados.—
The Review and Herald, 3 de enero de 1899
.
Los pobres deben buscar consejo
—Hay una clase de pobres
en la iglesia que no están libres de la tentación. Son malos admi-
nistradores, no tienen un juicio sabio, quieren obtener medios sin
esperar al lento proceso del esfuerzo perseverante. Algunos están en
tal apresuramiento para mejorar su condición, que emprenden varias
empresas sin consultar a los hombres de buen juicio y experiencia.
Rara vez se realizan sus expectativas; pierden en vez de ganar, y
entonces se presenta la tentación y una disposición a envidiar a los
ricos. En realidad, quieren ser beneficiados con la riqueza de sus
hermanos en la iglesia, y sienten que pasan por una prueba porque
eso no sucede. Pero no son dignos de recibir una ayuda especial.
Existe la evidencia de que sus esfuerzos han sido esporádicos. Han
sido inestables en sus ocupaciones y han estado llenos de ansiedad y
cuidado que no producen sino pequeños resultados. Tales personas
debieran escuchar el consejo de los de experiencia. Pero, con fre-
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cuencia, son los últimos en buscar consejo. Piensan que tienen un
juicio superior y no admiten ser enseñados.
Precisamente son éstos los que con frecuencia son engañados
por los astutos y mañosos vendedores de derechos de patente
, cuyo éxito depende del arte de engañar. Estos deben aprender
que no se puede depositar ninguna confianza en tales vendedores.
Pero los hermanos son crédulos acerca de las mismas cosas de que
debieran sospechar y que debieran evitar. No tienen en cuenta el
consejo de Pablo a Timoteo: “Grande granjería es la piedad con
contentamiento”. “Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos,
seamos contentos con esto”. No piensen los pobres que los ricos son
los únicos codiciosos. Al paso que los ricos retienen lo que tienen
con afán ambicioso y procuran obtener todavía más, los pobres están
en gran peligro de codiciar la riqueza de los ricos.—
Testimonies for
the Church 1:480, 481
.
Estar dispuestos a recibir consejo
—A muchos les falta un ma-
nejo prudente y economía. No pesan bien los asuntos ni se mueven
cautelosamente. Los tales no debieran confiar en su propio pobre
La hermana White debe referirse a un cierto tipo de engaño practicado en Estados
Unidos, en aquellos días.