Normas para alcanzar el éxito
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Afirmad vuestra libertad
Estableced como ley de vuestra vida, de la cual no os harán
apartar las tentaciones ni ningún interés ajeno a la vida cristiana,
el honrar a Dios, porque “de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna”
Dios solicita de vosotros, como
agentes morales libres, redimidos, rescatados mediante un precio
infinito, que afirméis vuestra libertad y utilicéis las facultades que
os ha otorgado el cielo, como súbditos libres del reino celestial.
No continuéis en la servidumbre del pecado, sino mostrad vuestra
lealtad a Dios como súbditos leales del Rey de reyes.
Mostrad, mediante Jesucristo, que sois dignos del sagrado co-
metido con que el Señor os ha honrado al otorgaros vida y gracia.
Debéis rehusaros a estar sujetos al poder del mal. Como soldados de
Cristo, debemos aceptar, deliberada e inteligentemente, sus condi-
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ciones de salvación en cualquier circunstancia, tener en alta estima
los principios rectos y actuar de acuerdo con ellos. La sabiduría
divina debe ser lámpara a vuestros pies. Sed leales a vosotros mis-
mos y sed leales a vuestro Dios. Será sacudido todo lo que vacile,
pero si estáis arraigados y cimentados en la verdad, permaneceréis
firmes con aquellas cosas que no pueden ser sacudidas. La ley de
Jehová es inmutable, inalterable, pues es expresión del carácter de
Jehová. Resolved que ni con palabras ni influencias arrojaréis la
menor deshonra sobre su autoridad.
Entrega completa
Tener la religión de Cristo significa que habéis entregado a Dios,
de un modo absoluto, todo lo que sois y tenéis, y que habéis consenti-
do en ser guiados por el Espíritu Santo. Mediante el don del Espíritu
Santo se os dará poder moral, y no sólo tendréis los talentos que
anteriormente se os habían confiado para el servicio de Dios, sino
que la eficiencia de los mismos será grandemente multiplicada. La
entrega de todas las facultades a Dios simplifica mucho el problema
de la vida. Debilita y abrevia mil luchas con las pasiones del corazón
natural. La religión es como un cordón de oro que liga a Cristo las
Juan 3:16
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