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El Ministerio Médico
Jesús lo ama y me ha dado un mensaje para usted. Su gran cora-
zón de ternura infinita lo anhela. Le envía el mensaje de que usted se
puede recobrar de los efectos causados por la trampa que le tendió
el enemigo. Puede recuperar su autorespeto. Puede llegar al punto
de considerarse, no como un fracasado, sino como un conquistador,
por medio de la influencia elevadora del Espíritu de Dios. Aférrese
de la mano de Cristo y no se suelte de ella.
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Usted puede ser una gran bendición para otros si se entrega sin
reservas al servicio del Señor. Se le concederá poder de lo alto si
usted toma su posición del lado del Señor. Con la ayuda de Cristo,
usted puede escapar de la corrupción que existe en el mundo a causa
de la concupiscencia, y ser un noble ejemplo de lo que Cristo puede
hacer por quienes cooperan con él.
La elección de los asociados
No elija la compañía de servidores del pecado, con lo cual se
expondría a la tentación. La nobleza de carácter no se logra cuando
uno se asocia con personas objetables. No ponga de lado los im-
portantes requerimientos de la Palabra de Dios. Su única esperanza
está en colocarse en la debida relación con Dios. Usted supuso que
podría endurecer el corazón para actuar sin hacer caso de la verdad
y la justicia. Pero no lo consiguió. Ha anhelado tomarse de la mano
de alguien que pudiera ser un sostén, una fortaleza y un apoyo.
El propósito de Dios para nosotros es que siempre nos dirijamos
hacia arriba. Aun en los deberes más insignificantes de la vida
común debemos crecer continuamente en la gracia, acompañada de
motivos elevados y santos; poderosos, porque provienen de Aquel
que dio su vida para proporcionarnos los incentivos necesarios para
llegar a tener éxito completo en la formación del carácter cristiano.
Cristo ha realizado una expiación por usted, de modo que no
tiene que ir por la vida con un carácter formado a medias. Tiene
que ser fuerte con la fortaleza de Dios, afirmado en la esperanza del
evangelio. Como usted conoce los requerimientos de Dios, le ruego
que no siga siendo una persona débil.
Tengo mucha esperanza en que llegará a ser todo lo que el Señor
anhela que usted sea: un médico misionero evangélico. Usted no
debe ser solamente un médico cada vez más hábil, sino uno de los
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