Página 141 - El Ministerio M

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Misioneros genuinos como pioneros
Una noche fui despertada para recibir la instrucción de escribir
un testimonio directo con relación a la obra de nuestra escuela de
Loma Linda. Esa escuela debe llevar a cabo una obra solemne y sa-
grada. Las enseñanzas de la reforma pro salud debían sobresalir clara
y brillantemente, para que todos los jóvenes que allí asistieran pu-
diesen aprender a practicarlas. Todos nuestros educadores debieran
ser estrictos reformadores de la salud. El Señor desea que misio-
neros genuinos salgan de nuestras escuelas como pioneros. Ellos
deben estar completamente consagrados a la obra como obreros
juntamente con Dios, ampliando diariamente su esfera de utilidad y
santificándose cada vez más por medio de la verdad. La influencia de
un maestro médico misionero consagrado es inestimable en nuestras
escuelas.—
Manuscrito 31, 1908
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