“Se me ha mostrado que los principios que se nos dieron en
los primeros días del mensaje son muy importantes y deben ser
considerados, en realidad tan conscientemente hoy, como se hizo
entonces”.—
Testimonios para la Iglesia 9:158
.
Los principios se mantienen, aunque las circunstancias cambian-
tes pueden hacer necesarios ajustes en la aplicación de algunos de
los principios. En efecto, Elena G. de White escribió con relación a
la obra de la recién establecida facultad en Loma Linda:
[xiv]
“No podemos establecer una línea precisa para que se siga incon-
dicionalmente. Las circunstancias y las emergencias se presentarán y
el Señor debe dar instrucción especial; pero si empezamos a trabajar
dependiendo completamente del Señor, velando, orando y andando
en armonía con la luz que él nos envía, no seremos dejados para
avanzar en tinieblas”.—
Carta 192, 1906
.
Los Testimonios y el significado de las palabras
El significado de ciertos términos también puede cambiar nota-
blemente en un período de años. Sin embargo, un estudio cuidadoso
de los principios básicos que se revelan mediante una acumulación
de consejos, aclara la intención de la autora y con ello el debido
curso de acción.
El estudiante de los consejos sobre salud de Elena G. de White
es consciente de la condenación frecuente del uso de drogas y la
apelación para el empleo de remedios sencillos. Hace cien años,
y por muchos años subsiguientes, los remedios que emplearon los
médicos fueron normalmente los que hoy reconocemos como vene-
nos potentes. La causa de la enfermedad era desconocida a menudo.
La teoría del germen todavía no estaba bien establecida y los tra-
tamientos usualmente atacaban los síntomas. Cualquiera que esté
familiarizado con la literatura médica de aquel tiempo reconoce la
alta tasa de mortalidad y la corta expectativa de vida; es consciente
de la naturaleza de muchos de los medicamentos que utilizaban los
médicos. Muchos murieron como resultado del uso de las drogas
prescritas
La voz de Elena G. de White clamando contra este me-
nosprecio de la vida no era una voz aislada, ella hablaba con un
corazón que podía sentir y una mente iluminada e inspirada.