Página 196 - El Ministerio M

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Especulación acerca de la vida futura
Hay quienes expresan su creencia de que habrá matrimonios y
nacimientos en la tierra nueva, pero los que creen en la Escritura no
pueden aceptar tales doctrinas. La creencia de que nacerán niños
en la tierra nueva no es parte de la “segura palabra profética”. Las
palabras de Cristo son demasiado claras para ser mal interpretadas.
Ellas deben resolver para siempre la cuestión de los matrimonios
y nacimientos en la tierra nueva. Ni los que sean levantados de la
tumba, ni los que sean trasladados sin ver la muerte, se casarán ni se
darán en matrimonio. Serán como los ángeles de Dios, miembros de
la familia real.
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Predicad la palabra
Yo diría a los que sostienen conceptos contrarios a esta clara
enunciación de Cristo: en tales asuntos el silencio es elocuencia. Es
presunción dar cabida a suposiciones y teorías en relación a temas
que Dios no nos ha dado a conocer en su Palabra. No necesitamos
entrar en especulación acerca de nuestro estado futuro.
A mis hermanos ministros digo: “Predicad la Palabra; hacedlo
a tiempo y fuera de tiempo”. No coloquéis en el fundamento heno,
paja y hojarasca: vuestras propias invenciones y especulaciones, que
no benefician a nadie.
Cristo no ocultó verdades esenciales para nuestra salvación.
Las cosas que están reveladas son para nosotros y para nuestros
hijos, pero no debemos permitir que nuestra imaginación establezca
doctrinas referentes a lo que no se nos ha revelado.
El Señor ha hecho toda provisión para nuestra felicidad en la
vida futura. Pero no ha hecho revelaciones concernientes a estos
planes, y no debemos especular acerca de ellos. Ni debemos medir
las condiciones de la vida futura por las condiciones de esta vida.—
Manuscrito 28, 1904
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