Engaño acerca de la afinidad espiritual
Se me reveló que usted está en grave peligro. Satanás va tras
sus huellas, y a veces le ha susurrado fábulas placenteras y le ha
mostrado cuadros encantadores de una a quien él sugiere como una
compañera más idónea para usted que la esposa de su juventud, la
madre de sus hijos.
Satanás está obrando sigilosa e incansablemente para derrum-
barlo por medio de sus tentaciones especiosas. Él está decidido a
hacerse su maestro, y usted necesita colocarse ahora donde pueda
obtener fortaleza para resistirle. Él se propone entramparlo en las
redes del espiritismo, y espera separar sus afectos de su esposa, y
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fijarlos en otra mujer. Él desea que su mente se absorba en esta
mujer, hasta que por medio del afecto impío ella llegue a ser su dios.
El enemigo de las almas ha ganado mucho cuando ha logrado
guiar la imaginación de uno de los atalayas escogidos de Jehová
para que medite en las posibilidades de asociarse, en el mundo
venidero, con alguna mujer a quien él ama, con la seguridad de que
allá levantará una familia. No necesitamos inventar tales cuadros
placenteros. Todos estos conceptos se originan en la mente del
tentador.
Tenemos la clara seguridad de Cristo de que en el mundo veni-
dero, los redimidos “ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no
pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de
Dios, al ser hijos de la resurrección”
Se me ha mostrado que las fábulas espirituales están tomando
cautivos a muchos. Tienen una mente sensual y, a menos que haya
un cambio, esto resultará ser su ruina. A todos los que están dando
cabida a estas fantasías insensatas les diría: Deténganse; por amor
a Cristo, párense justo donde están. Se encuentran pisando terreno
prohibido. Arrepiéntanse, se los ruego, y conviértanse.—
Carta 231,
1903
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