Página 265 - El Ministerio M

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Mantenimiento de una alta norma moral
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misiones y para todo instrumento de Dios. En este estado de nuestra
obra, la respuesta viene: “con guardar tu Palabra”. Hay que mantener
una conexión viva con el cielo, buscando tan a menudo como lo
hacía Daniel—tres veces al día—la gracia divina para resistir al
apetito y la pasión. Luchar contra el apetito y la pasión sin la ayuda
del poder divino será un fracaso; pero haga de Cristo su fortaleza y
el lenguaje de su alma será: “En todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó’. Dijo el apóstol Pablo:
“Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo
sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
Que ninguno crea que puede vencer sin la ayuda de Dios. Usted
debe tener la energía, la fortaleza y el poder de una vida desarrollada
en su interior. Entonces llevará fruto para santidad y aborrecerá el
vicio intensamente. Usted necesita ejercer un constante esfuerzo
para separarse de la mundanalidad, de la conversación barata, de
todo lo sensual y elevarse a la nobleza del alma y a un carácter puro
y sin mancha. Su nombre puede guardarse tan puro que llegue a estar
desligado de cualquier cosa deshonesta o injusta, que se le respete
por todo lo bueno y lo puro, de tal forma que pueda estar inscrito
en el libro de la vida del Cordero, para ser inmortalizado entre los
santos ángeles.—
Manuscrito 4a, 1885
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