Página 267 - El Ministerio M

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Como corrientes de una fuente pura
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se convierta en un medio de atraer a las almas a un lugar donde se
enseñe la iniquidad. Que todos aprendan mansedumbre de corazón
en la escuela de Cristo; que apoyen sus almas desvalidas en Jesús.
Vivid bajo la luz de los oráculos de Dios. Educad la mente y el
corazón para el cultivo de pensamientos puros, elevados y santos:
“Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.
Cualquier influencia que tengáis, permitid que se dirija a exaltar a
Jesús. A menos que hagáis esto, sois falsos guías, que descarriáis
las almas de la verdad, la vida y la luz de la Palabra; y [siendo así],
mientras más placenteros y atractivos sean vuestros modales, mayor
daño causaréis a las almas. ...
No habrá gusto por la conversación trivial entre los que miran a
Jesús para obtener fortaleza de él y que dependen de su justicia para
alcanzar salvación. Por fe aceptan a Jesús como su Salvador personal
y se convierten en partícipes de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
Mientras los hombres y las mujeres de una institución de salud
debieran ser amables y corteses, a la vez que se requiere que sean
afables y que congenien con todos, deben evitar hasta la apariencia
de una familiaridad indebida. Y no solamente deben observar ellos
mismos la conducta apropiada más estricta, sino que por precepto
y ejemplo deben educar a otros en la modestia y para que eviten
relajamiento, burlas, adulación y palabras disparatadas.
Evitad el favoritismo
Los médicos, supervisores y auxiliares deben descartar todo lo
que tenga sabor a una familiaridad indebida. No se deben otorgar
favores ni atenciones especiales a unos pocos, ni dar preferencias
a unos sobre otros. Esto se ha hecho, y es desagradable a Dios.
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Hay personas respetables que están afligidas y dolientes, pero no
se quejan, y que necesitan atenciones especiales. Estos hombres y
mujeres a menudo se pasan por alto y se tratan con dureza de corazón
que se asemeja más al carácter de Satanás que al de Cristo, mientras
hay damas jóvenes atrevidas, que reciben atenciones especiales que
no necesitan de manera alguna. Todo este descuido está escrito en
los libros del cielo. Todas estas cosas desarrollan el carácter.