Página 281 - El Ministerio M

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Labor del sanatorio como especulación
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Una solemne amonestación
El Señor me ha instruido a amonestar a los que establecen sana-
torios en lugares nuevos para que empiecen su obra con humildad.
Deben consagrar sus capacidades a Dios, para que se utilicen para
la gloria de su nombre.
Los sanatorios que se establezcan en el futuro no deberán ser edi-
ficios inmensos, que incurran en muchos gastos. Se deben establecer
pequeños sanatorios locales en conexión con nuestras escuelas.
Deben fundarse muchos sanatorios en lugares fuera de las ciuda-
des. Conectados con ellos debe haber hombres y mujeres de habi-
lidad y consagración, que procedan en el amor y el temor de Dios.
Estas instituciones deben ser escuelas. Los que trabajen en ellas no
deben sentir que están preparados para la graduación, que ya saben
todo lo necesario. Deben estudiar diligentemente y practicar con
cuidado las lecciones que Cristo ha dado.—
Manuscrito 76, 1902
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