Página 294 - El Ministerio M

Basic HTML Version

Cualidades esenciales para la administración
El Señor estima que nuestras instituciones de salud son de valor
solamente cuando le permiten presidir en su administración. Si
sus planes y objetivos se consideran inferiores a los planes de los
hombres, él no considera estas instituciones como de más valor
que las establecidas y administradas por los mundanos. Dios no
puede apoyar a ninguna institución a menos que ésta enseñe los
principios vivos de su ley y mantenga sus propias acciones en estricta
conformidad con estos preceptos. Sobre las instituciones que no se
mantienen de acuerdo con su ley, él pronuncia la sentencia: “No
aceptada; pesada en las balanzas del santuario y hallada falta”.
[215]
Quien esté a la cabeza de cualquier trabajo en la causa de Dios
debe ser persona de inteligencia, capaz de administrar amplios intere-
ses en forma exitosa, de temperamento ecuánime, de una paciencia
como la de Cristo y de un dominio propio perfecto. Sólo aquel cuyo
corazón ha sido transformado por la gracia del Señor puede ser un
líder idóneo.
Los que actúan como administradores y supervisores en nues-
tros sanatorios no deben hacer de la política del mundo su criterio;
pues la señal de Dios, como está definida en
Éxodo 31:12-17
, debe
revelarse en todo su amplio significado. La observancia adecuada
del día sábado de parte de todos los que están conectados con nues-
tros sanatorios ejercerá una influencia incalculable a favor del bien.
Toda institución médica establecida por los adventistas del séptimo
día debe llevar la señal de Dios delante en forma prominente, sin
disimular los hechos en forma . Debemos ser voceros del mensaje
del tercer ángel que vuela en medio del cielo con el evangelio eterno
para proclamarlo al mundo. Debemos levantar en alto la bandera en
la cual está inscrito: “Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
290