Consideración por los desconsiderados
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Debemos cooperar con el Señor Jesús en la obra de restaurar al
ineficiente y errado a la inteligencia y la pureza. Esta obra está en el
mismo nivel de importancia que la del ministro del evangelio. Somos
llamados por Dios a manifestar un interés incansable y paciente en
la salvación de los que necesitan el pulimento divino.—
Carta 113,
1905
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