Página 447 - El Ministerio M

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No por medio de representantes
Se requieren actualmente hombres y mujeres santos y devotos,
para que sean médicos misioneros. Que ellos cultiven al máximo
sus facultades físicas y mentales, como también su piedad. Todo
esfuerzo debe hacerse para enviar obreros inteligentes. La misma
gracia que vino de Jesucristo a Pablo y Apolos, que los hizo sobre-
salir por su excelencia espiritual, puede recibirse ahora, y traerá a la
obra muchos misioneros dedicados.
Que nadie se cruce de brazos, diciendo: “Oh sí, que tales y cuales
vayan a los campos donde aún no se ha trabajado”, mientras ellos
mismos no se interesan por hacer una labor dedicada y abnegada, y
esperan que la obra que el Señor les ha comisionado sea hecha por
representantes. Hay algunos que, si fueran abnegados y tomaran la
cruz, hallarían que Dios se comunicaría con ellos tan ciertamente
como lo hizo con Pablo y Bernabé. Ellos son representantes de lo
que muchísimos podrían ser. “Pues la Escritura dice: Todo aquel
que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia
entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico
para con todos los que lo invocan”.—
Special Testimonies Relating
[332]
to Medical Missionary Work, 8 (1893)
.
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