Página 449 - El Ministerio M

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Verdadera caridad
Sólo al manifestar un interés generoso por quienes necesitan
ayuda podemos proveer una demostración práctica de las verdades
del evangelio. “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y
tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros
les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que
son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe,
si no tiene obras, es muerta en sí misma”. “Y ahora permanecen la fe,
la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”.
En la predicación del evangelio se incluye mucho más que el mero
sermoneo; los ignorantes deben ser iluminados; los desanimados han
de alentarse; debe sanarse a los enfermos. La voz humana debe hacer
su parte en la obra de Dios. Palabras de ternura, de simpatía y de
amor deben ser testigos a favor de la verdad. Las oraciones sinceras,
que broten del corazón, acercarán a los ángeles”.—
An Appeal for a
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Medical Missionary College, 13, 14
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