Página 450 - El Ministerio M

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La atmósfera de amor
Visitar a los enfermos y aliviar a los pobres y a los afligidos por
amor a Cristo traerá a los obreros los brillantes rayos de luz del Sol
de Justicia, y aun el rostro expresará la paz que mora en el alma.
El rostro de hombres y mujeres que hablan con Dios, para quienes
el mundo invisible es una realidad, expresa la paz de Dios. Ellos
llevan consigo la atmósfera suave y afable del cielo, y la difunden
en acciones de bondad y obras de amor. Su influencia es del tipo que
gana almas para Cristo. Si todos pudieran ver y comprender, y ser
hacedores de las palabras de Dios, ¡qué paz, qué felicidad, qué salud
del cuerpo y qué paz del alma habría como resultado! Una atmósfera
cálida y amable de amor y la tierna simpatía de Cristo en el alma,
son inestimables. El precio del amor está sobre el oro, la plata y las
piedras preciosas, y hace a los seres humanos como Aquel que no
vivió para agradarse a sí mismo.—
Carta 43, 1895
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