Página 500 - El Ministerio M

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Apelación a un ministro
Se me ha presentado claramente que el pueblo de Dios debe to-
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mar una posición firme contra el consumo de carne. ¡Dios no habría
dado este mensaje a su pueblo durante los últimos treinta años, si no
deseara que sus hijos tengan sangre pura y mente clara abandonando
el uso de la carne y prestando atención a este mensaje! Por el uso de
la carne la naturaleza animal es fortalecida y la espiritual debilitada.
Hombres como usted, comprometidos en la obra más solemne e im-
portante confiada alguna vez a los seres humanos, necesitan prestar
atención especial a lo que comen.
Recuerde que cuando come carne está comiendo granos y ver-
duras de segunda mano; porque el animal recibe de estas cosas la
nutrición que lo hace crecer y que lo prepara para el mercado. La
vida que había en los granos y las verduras pasó al animal y se
hace parte de su vida, y luego los seres humanos consumen el ani-
mal. ¿Por qué están tan dispuestos a comer ese alimento de segunda
mano?...
El pensamiento de matar los animales para comerlos es en sí
repugnante. Si el juicio natural del hombre no hubiera sido pervertido
por la complacencia del apetito, los seres humanos no pensarían en
comer la carne de los animales.
No contrarrestéis la reforma
Se nos ha encomendado la obra de presentar la reforma pro
salud. El Señor desea que sus hijos estén en armonía unos con otros.
Como usted debe saberlo, no abandonaremos la posición en la cual
el Señor nos ha estado ordenando que permanezcamos durante los
últimos treinta y cinco años. Tenga cuidado de no oponerse a la obra
de la reforma pro salud. Ésta avanzará, porque es el medio que el
Señor tiene para aminorar los sufrimientos en nuestro mundo y el
agente por medio del cual purificar a su pueblo.
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