Página 501 - El Ministerio M

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Apelación a un ministro
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Preste atención a la actitud que asume, no sea que se le halle
causando división. Hermano mío, aunque usted no lleve a su vida y
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a su familia la bendición proveniente de seguir los principios de la
reforma pro salud, no dañe a otros oponiéndose a la luz que Dios ha
dado sobre este tema.
Aunque no hacemos del uso de la carne una prueba de discipu-
lado, y aunque no deseamos forzar a nadie a abandonar su uso, es
nuestro deber solicitar que ningún ministro de la asociación tome es-
te asunto livianamente o se oponga al mensaje de la reforma en este
punto. Si frente a la luz que Dios ha dado con relación al consumo
de carne y de su efecto sobre el organismo humano, usted continúa
comiendo carne, debe soportar las consecuencias. Pero no adopte
una posición delante del pueblo que le induzca a pensar que no es
necesario pedir una reforma referente al consumo de carne, porque
el Señor pide una reforma.
El Señor nos ha dado la obra de proclamar el mensaje de la
reforma pro salud, y si usted no puede ofrecerse para ayudar a los
que dan este mensaje, no haga alarde de ello. Al contrarrestar los
esfuerzos de sus compañeros de labores que enseñan la reforma pro
salud, usted está fuera de lugar, obrando del lado opuesto.—
Carta
48, 1902
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