Página 73 - El Ministerio M

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Los discípulos de Cristo deben representar su carácter
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Ni la mente ni el juicio de un hombre deben ser nuestro criterio en
cuanto a qué constituye la verdadera obra médica misionera...
La verdadera obra médica misionera es de origen celestial. No
se originó en ningún ser humano. Pero en conexión con ella vemos
tanto que deshonra a Dios, que se me ha instruido a decir: La obra
médica misionera es de origen divino y tiene una gloriosa misión que
cumplir. Debe estar en conformidad con la obra de Cristo en todo
su alcance. Los que obran en unanimidad con Dios representarán
el carácter de Cristo en forma tan segura como Cristo representó el
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carácter de su Padre mientras estuvo en este mundo.
Limpios de mundanalidad
Se me ordena decir que Dios tendrá una obra médica misionera
limpia de la impureza de la mundanalidad y elevada para permanecer
en su verdadera posición ante el mundo. La influencia de esta obra
se destruye cuando se mezclan con ella ardides que ponen en peligro
las almas. Por eso, al llevarse a cabo la obra médica misionera, se han
suscitado muchas perplejidades que demandan nuestra consideración
cuidadosa...
Nada será de más ayuda para nosotros en esta etapa de nuestra
obra que comprender y cumplir la misión del más grande Médico
Misionero que alguna vez pisara la tierra; nada nos ayudará más
a comprender cuán sagrada es esta clase de labor y cuán perfecta-
mente corresponde con el trabajo de la vida del Gran Misionero.
El blanco de nuestra misión es el objeto mismo de la misión de
Cristo. ¿Por qué envió Dios a su Hijo a este mundo caído? Para dar
a conocer y demostrar a la raza humana su amor por ellos. Cristo
vino como Redentor. Durante todo su ministerio debía mantener en
forma exaltada su misión para salvar a los pecadores...
El propósito de Dios al delegar a los hombres y mujeres la misión
que encomendó a Cristo es liberar a sus seguidores de toda política
mundana y darles una obra idéntica a la obra que Cristo hizo.—
Manuscrito 130, 1902
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