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Allende el pacífico
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de entender cuál es la verdad. En lugares secretos están llorando y
orando para poder ver la luz en las Escrituras, y el Señor del cielo ha
comisionado a sus ángeles para cooperar con los agentes humanos a
fin de llevar adelante sus amplios designios, de manera que todos
los que deseen la vida puedan contemplar la gloria de Dios”.
“Hemos de avanzar donde la providencia de Dios abre el
camino—continuó la oradora—; y al avanzar encontraremos que el
cielo se nos ha adelantado, ampliando el campo de trabajo mucho
más allá de los límites de nuestros medios y nuestra habilidad. La
gran necesidad del campo abierto delante de nosotros debe ser un
llamado para que todos aquellos a quienes Dios ha confiado recursos
o habilidades se dediquen ellos mismos y todo lo que tienen a Dios”.
Por otra parte, los que han de recibir preparación no deben ser
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limitados en sus esfuerzos misioneros por barreras raciales o nacio-
nales. Dondequiera que trabajen, sus esfuerzos han de ser coronados
con un triunfo acelerado. “El propósito y los fines que han de lograr-
se por parte de misioneros consagrados—declaró la Sra. White—son
muy abarcantes. El campo de operación misionera no está limitado
por castas o por nacionalidades. El campo es el mundo, y la luz de la
verdad ha de ir a todos los lugares oscuros de la tierra en un tiempo
mucho más corto de lo que muchos piensan que es posible”
Fue en esta misma ocasión de la apertura de la Escuela Bíblica
Australasiana, la cual más tarde llegó a ser el Colegio Misionero
Australasiano, cuando la Sra. White dijo:
“La obra misionera de Australia y Nueva Zelanda está todavía
en su infancia. Pero debe realizarse en Australia, Nueva Zelanda,
Africa, la India, la China y las islas del mar la misma obra que se ha
hecho en los Estados Unidos”
Acosada por la enfermedad
Los sufrimientos de la Sra. White debidos a su neuritis, que
comenzaron en enero, continuaron hasta noviembre de ese año.
Su enfermera y sus secretarias le administraron fielmente vigorosos
tratamientos para dominar la enfermedad, pero durante los meses del
invierno ésta avanzó en forma constante. Ella continuó, sin embargo,
Bible Echo, suplemento del 1 de septiembre de 1892
.
Ibíd
.