Página 285 - Obreros Evang

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La sana doctrina
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Me ha sido ordenado decir que estas teorías son el producto de
mentes que no conocen los primeros principios del Evangelio. Me-
diante tales teorías, el enemigo trata de eclipsar las grandes verdades
para este tiempo.
Los que en su predicación pasan por alto las grandes verdades de
la Palabra de Dios para hablar de asuntos menores, no están predi-
cando el Evangelio, sino presentando sofismas ociosos. No pierdan
tiempo nuestros predicadores en la discusión de tales asuntos. Acu-
dan a los discursos del gran Maestro, y sigan sus pensamientos
aquellos que tienen alguna duda en cuanto a lo que deben enseñar,
alguna duda acerca de los temas en que deben espaciarse. Debemos
insistir hoy en los temas que Jesús consideraba como esenciales.
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Debemos estimular a nuestros oyentes a espaciarse en los temas que
son de importancia eterna.
En cierta ocasión, en que un hermano vino a mí con el mensaje
de que el mundo es plano, recibí instrucciones para presentar la
comisión que Cristo dió a sus discípulos: “Por tanto, id, y doctrinad
a todos los gentiles, ... y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo.
Acerca de asuntos como la teoría de un
mundo plano, Dios dice a cada alma: “¿Qué se te da a ti? Sígueme tú.
Te he dado tu comisión. Espáciate en las grandes verdades decisivas
para este tiempo, no en asuntos que no tienen importancia para
nuestra obra.”
Los que trabajan para Dios no deben perder tiempo especulando
acerca de qué condiciones imperarán en la nueva tierra. Es una
presunción entregarnos a suposiciones y teorías referentes a asuntos
que el Señor no reveló. El hizo toda provisión para nuestra felicidad
en la vida futura, y no hemos de especular acerca de sus planes para
nosotros. Ni tampoco hemos de medir las condiciones de la vida
futura por las condiciones de esta vida.
A mis hermanos en el ministerio quiero decir: Predicad la Pala-
bra. No pongáis en el fundamento madera, paja y hojarasca, es decir,
vuestras suposiciones y especulaciones, que no pueden beneficiar
a nadie. Hay temas de vital importancia revelados en la Palabra de
Dios, y éstos son dignos de nuestra meditación más profunda. Pero
Mateo 28:19, 20
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