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Hombres y mujeres de oración
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prueba su palabra recompensará nuestra fe. Quiere que todos nues-
tros intereses estén entretejidos con sus intereses, y entonces puede
bendecirnos con seguridad, porque no nos atribuiremos la gloria
cuando la bendición sea nuestra sino que daremos toda la alabanza
a Dios. Dios no siempre responde nuestras oraciones la primera
vez que lo invocamos. Si así lo hiciera, daríamos por sentado que
tenemos derecho a todas las bendiciones y favores que nos concede.
En vez de escudriñar nuestro corazón para ver si albergamos algún
mal, si hay algún pecado fomentado, nos volveríamos descuidados
y dejaríamos de comprender nuestra dependencia de Dios y nuestra
necesidad de su ayuda.
Elías se humilló hasta el punto de que no iba a atribuirse la gloria.
Esta es la condición para que el Señor oiga la oración, pues entonces
le daremos a él la alabanza. La costumbre de alabar a los hombres
da como resultado grandes males. Se alaban mutuamente, y así los
hombres son inducidos a creer que les pertenecen la gloria y la
honra. Cuando exaltáis al hombre, colocáis una trampa para su alma
y hacéis exactamente lo que Satanás quiere que hagáis. Debéis alabar
a Dios con todo vuestro corazón, vuestra alma, capacidad, mente y
energía, pues solo Dios es digno de ser glorificado.—
Comentario
Bíblico Adventista 2:1028, 1029
.
El siervo vigiló mientras oraba Elías. Seis veces volvió de su
puesto de observación diciendo: “No hay nada, no hay una nube,
no hay señal de lluvia”. Pero el profeta no se entregó al desánimo.
Prosiguió repasando su vida para ver dónde había fallado en honrar a
Dios; confesó sus pecados, y así continuó afligiendo su alma delante
de Dios mientras vigilaba para ver si había una señal de que su
oración había sido contestada. Mientras escudriñaba su corazón se
sentía cada vez más pequeño, tanto en su propia estimación como a
la vista de Dios. Le parecía que no era nada, y que Dios era todo; y
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cuando llegó al punto de renunciar al yo, entre tanto que se aferraba
del Salvador como su única fortaleza y justicia, vino la respuesta.—
Comentario Bíblico Adventista 2:1029
.
David
Dios quiso que la historia de la caída de David sirviera como
una advertencia de que aun aquellos a quienes él ha bendecido y