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La Oración
Libro sagrado, a fin de que estén capacitados para comprender las
cosas del Espíritu de Dios.—
Consejos para los Maestros Padres y
Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 432
.
Orar todos los días por la bendición que trae el sábado
Todos los que consideren el sábado como una señal entre ellos y
Dios y demuestren que Dios es quien los santifica, representarán los
principios de su gobierno. Pondrán diariamente en práctica las leyes
de su reino. Diariamente rogarán que la santificación del sábado
descanse sobre ellos. Cada día tendrán el compañerismo de Cristo y
ejemplificarán la perfección de su carácter. Cada día su luz brillará
para los demás en sus buenas obras.—
Joyas de los Testimonios 3:20
.
La oración diaria de los padres y de los hijos
Alegrad vuestro trabajo con cantos de alabanza. Si queréis tener
un registro limpio en los libros del cielo, nunca os impacientéis ni
rezonguéis. Vuestra oración diaria sea: “Señor, enséñame a hacer lo
mejor. Enséñame cómo trabajar más eficientemente. Dame energía
y alegría”... Poned a Cristo en todo lo que hacéis. Entonces vuestra
vida estará llena de alegría y agradecimiento... Hagamos lo mejor
posible, avanzando gozosamente en el servicio del Señor, con nuestro
corazón lleno de su felicidad.—
Conducción del Niño, 136
.
Cristo soportó sin murmurar las pruebas y privaciones de que
se quejan muchos jóvenes. Y esta disciplina es la experiencia que
necesitan los jóvenes, la que dará firmeza a sus caracteres y los
hará como Cristo, fuertes en espíritu para resistir la tentación. Si
se separan de la influencia de aquellos que los harían descarriar y
corromperían su moral, no serán vencidos por los ardides de Sata-
nás. Orando diariamente a Dios, recibirán de él sabiduría y gracia
para soportar el conflicto y las severas realidades de la vida y salir
victoriosos. Solo se puede conservar la fidelidad y la serenidad de
la mente mediante la vigilancia y la oración. La vida de Cristo fue
un ejemplo de energía perseverante que no se dejó debilitar por el
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vituperio, el ridículo, la privación o las dificultades.
Lo mismo debería ocurrir con los jóvenes. Si aumentan para
ellos las pruebas, deben saber que Dios está probando su fidelidad,