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La Oración
Las horas designadas para el sacrificio matutino y vespertino
se consideraban sagradas, y llegaron a observarse como momentos
dedicados al culto por toda la nación judía. Y cuando en tiempos
posteriores los judíos fueron diseminados como cautivos en distin-
tos países, aun entonces a la hora indicada dirigían el rostro hacía
Jerusalén, y elevaban sus oraciones al Dios de Israel. En esta cos-
tumbre, los cristianos tienen un ejemplo para su oración matutina y
vespertina. Si bien Dios condena la mera ejecución de ceremonias
que carezcan del espíritu de culto, mira con gran satisfacción a los
que le aman y se postran de mañana y tarde, para pedir el perdón de
los pecados cometidos y las bendiciones que necesitan.—
Historia
de los Patriarcas y Profetas, 366, 367
.
La religión debe comenzar con un vaciamiento y una purifica-
ción del corazón, y debe ser nutrida por la oración cotidiana.—
La
Maravillosa Gracia, 290
.
La vida de oración diaria requiere un esfuerzo ferviente
Una vida de oración y alabanza diarias, una vida que derrame
luz sobre la senda de los demás, no puede mantenerse sin esfuerzo
ferviente. Pero un esfuerzo tal dará preciosos frutos, bendiciones
para el receptor y para el dador. El espíritu de labor abnegada a favor
de otros da al carácter profundidad, estabilidad y amabilidad como
las de Cristo, infunde paz y felicidad a su poseedor. Las aspiraciones
son elevadas. No hay cabida para la pereza o el egoísmo. Los que
ejercitan las gracias cristianas crecerán. Tendrán nervios y músculos
espirituales y serán fuertes para trabajar por Dios. Tendrán claras
percepciones espirituales, una fe constante y creciente, y poder pre-
valeciente en la oración. Los que velan por las almas, los que se
consagran plenamente a la salvación de los que yerran, están cier-
tamente obrando su propia salvación.—
Testimonios para la Iglesia
5:571, 572
.
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Los ángeles anotan la oración matutina
Todos tienen una influencia sobre los caracteres y las mentes de
otros para el bien o para el mal. Y la influencia que usted ejerce está
registrada en el libro de memorias en el cielo. Un ángel le atiende, y