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Capítulo 16—La oración privada
La oración privada es esencial
Es imposible que el alma florezca mientras la oración no es un
ejercicio especial de la mente. La oración familiar o pública sola-
mente no es suficiente. La oración secreta es muy importante; en la
soledad el alma comparece desnuda ante el ojo escrutador de Dios,
y se examina todo motivo. ¡La oración secreta! ¡Cuán preciosa es!
¡El alma en comunión con Dios! La oración secreta solo debe ser
oída por Dios. Ningún oído curioso debe enterarse del contenido de
esa petición. En la oración secreta el alma está libre de las influen-
cias circundantes, libre de excitación. Con calma, pero con fervor,
buscará a Dios. La oración secreta a menudo resulta pervertida, y se
pierde su dulce propósito, al orar en voz alta. En lugar de la confianza
tranquila y serena, y la fe en Dios, con el alma expresándose en voz
baja y humilde, la voz se eleva a las alturas, se produce exaltación,
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y la oración secreta pierde su influencia suavizadora y sagrada. Se
produce una tormenta de sentimientos, una tormenta de palabras, de
modo que resulta imposible discernir esa vocecita queda que habla
al alma cuando esta se entrega a su devoción secreta, verdadera y
sentida. La oración secreta, cuando se la práctica adecuadamente,
produce mucho bien. Pero cuando el contenido de la oración lle-
ga a oídos de toda la familia e incluso de todo el vecindario, no
es oración secreta aunque se crea que lo es, y no se recibe de ella
fortaleza divina. Dulce y permanente será la influencia que emana
de Aquel que ve en secreto, y cuyo oído está abierto para responder
la plegaria que surge del corazón. Mediante una fe serena y sencilla,
el alma mantiene comunión con Dios, y reúne para sí misma rayos
de luz divina que fortalecen y la sostienen para resistir los conflictos
que tendrá que librar contra Satanás. Dios es la torre de nuestra
fortaleza.—
Testimonios para la Iglesia 2:172
.
La oración en privado, la oración en familia y la oración en
público para rendir culto a Dios, todas son esenciales. Y debemos
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