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La Oración
oración verdadera se aferra al Omnipotente y nos da la victoria. Es
sobre sus rodillas que el cristiano obtiene la fortaleza para resistir la
tentación.—
Testimonies for the Church 4:615, 616
.
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Mientras de mañana y de tarde los sacerdotes entraban en el
lugar santo a la hora de ofrecer el incienso, el sacrificio diario estaba
listo para ser colocado sobre el altar de los holocaustos, en el atrio.
Esta era una hora de intenso interés para los adoradores que se
congregaban ante el tabernáculo. Antes de allegarse a la presencia
de Dios por medio del ministerio del sacerdote, debían hacer un
ferviente examen de sus corazones y luego confesar sus pecados. Se
unían en oración silenciosa, con los rostros vueltos hacia el lugar
santo. Así sus peticiones ascendían con la nube de incienso, mientras
la fe aceptaba los méritos del Salvador prometido al que simbolizaba
el sacrificio expiatorio.
Las horas designadas para el sacrificio matutino y vespertino se
consideraban sagradas, y toda la nación judía llegó a observarlas
como momentos dedicados al culto. Y cuando en tiempos posterio-
res los judíos fueron diseminados como cautivos en distintos países,
aún entonces a la hora indicada dirigían el rostro hacia Jerusalén,
y elevaban sus oraciones al Dios de Israel. En esta costumbre los
cristianos tienen un ejemplo para su oración matutina y vespertina.
Si bien Dios condena la mera ejecución de ceremonias que carezcan
del espíritu de culto, mira con gran satisfacción a los que le aman y
se postran de mañana y tarde, para pedir el perdón de los pecados co-
metidos y las bendiciones que necesitan.—
Historia de los Patriarcas
y Profetas, 366, 367
.
La oración nos conecta con el cielo
Los creyentes que se vistan con toda la armadura de Dios y que
dediquen algún tiempo diariamente a la meditación, la oración y
el estudio de las Escrituras, se vincularán con el cielo y ejercerán
una influencia salvadora y transformadora sobre los que los rodean.
Suyos serán los grandes pensamientos, las nobles aspiraciones, y las
claras percepciones de la verdad y el deber para con Dios. Anhelarán
la pureza, la luz, el amor y todas las gracias de origen celestial.
Sus sinceras oraciones penetrarán a través del velo. Esta clase de
personas poseerá una confianza santificada para comparecer ante la
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