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La Oración
cambios decididos en su vida al llegar la amonestación, porque no
han visto y reconocido sus defectos de carácter y el gran contraste
entre su vida y la vida de Cristo. Ha sido su costumbre colocarse
en una posición donde no pierdan por completo la confianza de sus
hermanos.—
Testimonies for the Church 4:332
.
La oración no reemplaza a la obediencia
El cumplimiento de las promesas de Dios es condicional, y la
oración no ocupará nunca el lugar del deber. “Si me amáis—dice
Cristo—, guardad mis mandamientos”. “El que tiene mis manda-
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mientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama,
será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
Juan 14:15, 21
. Aquellos que presentan sus peticiones ante Dios,
invocando su promesa, mientras no cumplen con las condiciones,
insultan a Jehová. Invocan el nombre de Cristo como su autoridad
para el cumplimiento de la promesa, pero no hacen las cosas que
demostrarían fe en Cristo y amor por él.
Muchos no están cumpliendo las condiciones de aceptación por
el Padre. Necesitamos examinar detenidamente las disposiciones
que se han hecho para aproximarnos a Dios. Si somos desobedientes,
traemos al Señor un pagaré para que él lo haga efectivo cuando no
hemos cumplido las condiciones que lo harían pagadero a nosotros.
Presentamos a Dios sus promesas y le pedimos que las cumpla,
cuando, al hacerlo, él deshonraría su propio nombre.
La promesa es: “Si estuvierais en mí, y mis palabras estuvieran
en vosotros, pedid todo lo que quisierais, y os será hecho”.
Juan
15:7
. Y Juan declara: “Y en esto sabemos que nosotros le hemos
conocido, si guardamos sus mandamientos. El que dice, yo le he
conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no
hay verdad en él, mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios
está verdaderamente perfecta en él”.
1 Juan 2:3-5
.—
Palabras de
Vida del Gran Maestro, 110, 111
.