Página 199 - Primeros Escritos (1962)

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La resurrección de Cristo
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resurrección de Jesús, porque los santos resucitados divulgaron la
maravillosa y alegre nueva. También Jesús se apareció a sus entris-
tecidos discípulos, disipando sus temores e infundiéndoles jubilosa
alegría.
Al difundirse la noticia de ciudad en ciudad y de pueblo en
pueblo, los judíos a su vez temieron por su vida, y disimularon el
odio que abrigaban contra los discípulos. Su única esperanza era
esparcir el relato mentiroso; y lo aceptaban todos cuantos tenían
interés en que fuese verdadero. Pilato tembló al oír que Cristo había
resucitado. No podía dudar del testimonio dado, y desde aquella
hora no tuvo paz. Por apetencia de mundanos honores, por miedo de
perder su autoridad y su vida, había entregado a Jesús a la muerte;
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estaba ahora plenamente convencido de que no sólo era inocente, y
que su sangre recaía sobre él, sino que era el Hijo de Dios. Miserable
fué hasta su fin la vida de Pilato. La desesperación y la angustia
ahogaron sus goces y esperanzas. Rechazó todo consuelo y murió
miserablemente.
El corazón de Herode
se había empedernido aun más, y al
saber que Cristo había resucitado no fué mucha su turbación. Quitó
la vida a Santiago, y cuando vió que esto agradaba a los judíos,
apresó también a Pedro, con la intención de darle muerte. Pero Dios
tenía todavía una obra para Pedro, y envió a su ángel para que lo
librase. Herodes fué visitado por los juicios de Dios. Mientras se
estaba ensalzando en la presencia de una gran multitud fué herido
por el ángel del Señor, y murió de una muerte horrible.
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Fué Herodes Antipas quien tomó parte en el juicio de Cristo, y Herodes Agripa I
quien dió muerte a Santiago. Agripa era sobrino y cuñado de Antipas. Mediante intrigas se
había apoderado del trono de Antipas, y al asumir el poder siguió la misma conducta que
había seguido Antipas para con los cristianos. En la dinastía herodiana hubo seis personas
que llevaron el nombre de Herodes. Este nombre era en cierta medida un título general, y
los reyes individuales eran designados por otros nombres, como Antipas, Felipe, Agripa,
etc. Así podríamos hablar del zar Nicolás, del zar Alejandro, etc. En el caso que nos
ocupa este uso del término Herodes se vuelve más natural y apropiado, por cuanto Agripa,
cuando dió muerte a Santiago, ocupaba el trono de Antipas, quien poco tiempo antes había
tenido que ver con el juicio de Cristo; y ambos manifestaban el mismo carácter. Era el
mismo espíritu herodiano, pero con otra personalidad, así como “el dragón” de
Apocalipsis
12:17
es el mismo que el dragón del versículo 3, porque el dragón del versículo 9 es el
poder que inspiraba realmente a ambos. En un caso obra por medio de la Roma pagana;
en el otro por medio de otro gobierno.
]