Página 117 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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La fuente del poder vencedor
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como acusador y engañador. Dios hará justicia a sus elegidos.
La oración: “Hazme justicia de mi adversario”, se aplica no so-
lamente a Satanás, sino a los agentes a quienes instiga a presentar
falsamente, a tentar y destruir al pueblo de Dios. Los que han decidi-
do obedecer los mandamientos de Dios entenderán por experiencia
que tienen adversarios que son dominados por una fuerza infernal.
Tales adversarios asediaron a Cristo a cada paso, con una constancia
y resolución que ningún ser humano puede conocer jamás. Los dis-
cípulos de Cristo, como su Maestro, son perseguidos por la tentación
continua.
Las Escrituras describen la condición del mundo precisamente
antes de la segunda venida de Cristo. El apóstol Santiago presenta
la codicia y la opresión que prevalecerán. Dice: “Ea ya ahora, oh
ricos..., os habéis allegado tesoro para en los postreros días. He aquí,
el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras, el cual por
engaño no les ha sido pagado de vosotros, clama; y los clamores
de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los
ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos;
habéis cebado vuestros corazones como en el día de sacrificios.
Habéis condenado y muerto al justo; y él no os resiste”
Este es un
cuadro de lo que existe hoy. Por toda suerte de opresión y extorsión,
los hombres están amontonando fortunas colosales, mientras que los
clamores de la humanidad que perece de hambre están ascendiendo
a Dios.
“Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos: porque la
verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. Y la verdad
fue detenida; y el que se apartó del mal, fue puesto en presa”
Esto
se cumplió en la vida terrenal de Cristo. El era leal a los mandamien-
tos de Dios, poniendo a un lado las tradiciones y requerimientos
humanos, que se habían ensalzado en su lugar. Por causa de esto
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fue aborrecido y perseguido. Esta historia se repite. Las leyes y
tradiciones de los hombres son ensalzadas por encima de la ley
de Dios, y los que son fieles a los mandamientos de Dios sufren
oprobio y persecución. Cristo, por causa de su fidelidad a Dios, fue
acusado como violador del sábado y blasfemo. Se declaró que él
estaba poseído por un demonio, y se lo denunció como Beelzebub.
De igual manera sus seguidores son acusados y calumniados. Así
espera Satanás inducirlos a pecar y deshonrar a Dios.