Variedad de estilos, 2 de agosto
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en
estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que
el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
2
Pedro 1:19
.
Los escritores de la Biblia tuvieron que expresar sus ideas con lenguaje hu-
mano. Fue escrita por seres humanos. Ellos fueron inspirados por el Espíritu
Santo. Debido a las imperfecciones de la comprensión humana del lenguaje, o a
la perversidad de la mente humana, ingeniosa para eludir la verdad, muchos leen
y entienden la Biblia para agradarse a sí mismos. No es que la dificultad esté en la
Biblia. Los adversarios políticos arguyen acerca de puntos de la ley en los códigos
y defienden puntos de vista opuestos en su aplicación de esas leyes.
Las Escrituras fueron dadas a los hombres, no en una cadena continua de
declaraciones ininterrumpidas, sino parte tras parte a través de generaciones
sucesivas, a medida que Dios en su providencia veía una oportunidad adecuada
para impresionar a los hombres en varios tiempos y en diversos lugares. Los
hombres escribieron a medida que fueron movidos por el Espíritu Santo. Primero
es el brote, después el capullo y después el fruto; “primero hierba, luego espiga,
después grano lleno en la espiga”.
Marcos 4:28
. Esto es exactamente lo que son
las declaraciones de la Biblia para nosotros.
No siempre hay orden perfecto o aparente unidad en las Escrituras. Los
milagros de Cristo no se presentan en orden exacto, sino como ocurrieron las
circunstancias que demandaron la revelación divina del poder de Cristo. Las
verdades de la Biblia son como perlas ocultas. Deben ser buscadas, extraídas
mediante esfuerzos concienzudos. Los que tan sólo dan un vistazo a las Escrituras,
con un conocimiento superficial que piensan que es muy profundo, hablan de las
contradicciones de la Biblia y ponen en duda la autoridad de las Escrituras. Pero
aquellos cuyo corazón está en armonía con la verdad y el deber, escudriñarán las
Escrituras con un corazón preparado para recibir impresiones divinas.—
Mensajes
Selectos 1:22, 23
[226]
—RP
229