Capítulo 29—A cuatro ministros profanos
Los artificios de Satanás
—Tengo mucho para decirle. Ud.
me ha sido presentado como frente a un gran peligro. Satanás le
sigue los pasos, y de vez en cuando le susurra fantasías placenteras,
y le ha mostrado fotografías encantadoras de alguien a quien él le
presenta como una compañera más adecuada que su esposa de la
juventud, la madre de sus hijos.
Satanás opera sigilosa e incansablemente para lograr su caída
por medio de engañosas tentaciones. Ha determinado que será su
maestro y en este momento Ud. necesita colocarse en una posición
en la cual pueda ganar fuerzas para resistirlo. Espera conducirlo
al laberinto del espiritismo, enajenar los afectos hacia su esposa y
fijarlos en otra mujer. El centrará su mente en esta mujer hasta que,
por medio de un afecto profano, ella se constituya en su dios.
Fantasías respecto de que habrá familias en el cielo
—El
enemigo de las almas gana mucho cuando puede lograr que la ima-
ginación de uno de los guardias escogidos de Jehová se espacie en
la posibilidad de asociarse en el mundo venidero con una mujer a
quien ama aquí en la tierra, y de formar con ella una familia. No
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necesitamos tales cuadros complacientes. Esto tiene origen en la
mente del tentador.
Contamos con la plena seguridad, dada por Cristo mismo, de
que los redimidos “ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no
pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de
Dios, al ser hijos de la resurrección”.
Lucas 20: 35, 36
.
Me fue presentado que las fantasías espirituales están llevando
cautivos a muchos. Sus mentes son sensuales y, a menos que ocurra
un cambio, esto causará su ruina. A todos los que consienten estas
fantasías les diría: Deténganse, por amor a Cristo, deténganse allí
Esta carta fue escrita a un ministro que fantaseaba con una mujer que no era su
esposa, y con quien se sentía sentimentalmente involucrado. Pensaba que viviría con ella
en el cielo, y que tendría hijos de ella en el más allá.
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