Página 125 - Testimonios para los Ministros (1979)

Basic HTML Version

La alta norma de Dios
121
La observancia del sábado como señal de lealta
Pido a todos los que han seguido una conducta errónea en cuanto
a los principios, que hagan una decidida reforma, y anden para
siempre humildemente con Dios. El mundo pronto ha de ser juzgado.
Un Dios justo debe vindicar la muerte de su Hijo. Hoy en día los
hombres eligen a Barrabás y dicen: Crucifica a Cristo. Harán esto
en la persona de sus santos. Recorrerán el mismo camino que los
sacerdotes y gobernantes judíos en su trato con Cristo. El, el Hijo
de Dios, siendo inocente, fue muerto porque dijo a los hombres
verdades que no les agradaba oír. Sin embargo, era el Hijo del Dios
infinito.
[132]
Los que hoy en día desprecian la ley de Jehová, no manifestando
ningún respeto por sus mandamientos, están tomando partido con el
gran apóstata. Proclaman a un mundo corrompido por el pecado que
la ley de Dios es nula y sin valor. Los que declaran esto como verdad
engañan a la gente, y virtualmente han clavado la ley de Jehová en
la cruz entre los dos ladrones. ¡Qué idea!
Frente a los mundos no caídos y al universo celestial, el mundo
ha de dar cuenta ante el Juez de toda la tierra, el mismo a quien han
condenado y crucificado. ¡Qué día de ajuste será aquél! Es el gran
día de la venganza de Dios. Cristo entonces no estará en el tribunal
de Pilato. Pilato y Herodes, y todos los que se burlaron del Señor,
lo azotaron, rechazaron y crucificaron, comprenderán entonces qué
significa sentir la ira del Cordero. Sus hechos aparecerán ante ellos
en su verdadero carácter.
Un engaño terrible
¡Cuán terriblemente engañados están los que piensan que el
mundo está mejorando! Cristo declara: “Como fue en los días de
Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre”. “Porque
como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró
en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó
a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”. A una
situación semejante llegará el mundo al rechazar la ley de Dios.
[
Testimonio para la Iglesia de Battle Creek, fechado el 12 de enero de 1898
.
]