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Testimonios para los Ministros
sus hermanos, o manifiesten un espíritu autoritario para dominar a
los obreros delegados por el Señor, haciendo peligrar así la seguridad
tanto de la herencia del Señor como de la suya propia, y retardando
el avance de la obra de Dios. El Señor no se limita a un solo hombre,
[209]
o a un grupo de hombres, para realizar su obra; sino que dice de
todos: Vosotros sois “colaboradores de Dios”. Esto significa que
toda alma creyente debe tener una parte que hacer en su sagrada
obra, y todo individuo que cree en Jesucristo ha de ser para el mundo
un símbolo de la suficiencia de Cristo; ha de presentar a su iglesia
las más elevadas leyes del mundo futuro e inmortal, y en obediencia
a los incomparables mandatos del cielo, ha de revelar la profundidad
de un conocimiento independiente de las elucubraciones humanas.
El Señor debe ser creído y servido como el gran “YO SOY”,
y debemos confiar sin reservas en él. No promulguen los hombres
leyes que tomen el lugar de la ley de Dios. Nunca enseñéis a los
hombres a mirar a los hombres, a confiar en los hombres, porque
la sabiduría humana no es suficiente para decidir si tienen derecho
a ocuparse en la obra del Señor. Cuando Dios confía una obra a
ciertos individuos, los hombres no deben rechazar su decisión. La
interferencia humana no debe impedir el desarrollo de los planes de
Dios; sin embargo, esto se ha hecho una y otra vez.
Si la iglesia en la tierra ha de asemejarse a un templo, edifíque-
sela según el modelo mostrado en el cielo y no según el genio del
hombre. El ingenio del hombre a menudo contrarresta los planes
divinos. La áurea vara de medir no ha sido colocada en las manos
de ningún hombre o grupo de hombres finitos, cualesquiera sean
su posición o vocación, sino que está en las manos del Arquitecto
celestial. Si los hombres no se entrometen en los planes de Dios,
y le permiten actuar sobre la mente y el carácter, edificándolos de
acuerdo con el plan divino, se realizará una obra que soportará las
pruebas más severas
[210]
[
Estudio adicional:
Testimonies for the Church 6:247, 248
;
Testimonies for the
Church 7:39, 194-196
;
Obreros Evangélicos, 83
;
Joyas de los Testimonios 3:153
.
]