Página 282 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
los hombres en el lugar que debe ocupar Dios. El es el único cuyo
consejo es infalible.
Han celebrado juntos en Battle Creek hombres que no pueden
apreciar la situación de los asuntos en las diferentes localidades
como pueden hacerlo los que se encuentran en el mismo lugar; y no
es sabio que los hombres acudan a los hombres y que dependan tanto
de unos pocos hombres de Battle Creek, algunos de los cuales han
andado lejos de Dios durante años. Se ha deshonrado grandemente
a Dios al aceptar el juicio de estos hombres a los que se mandó
llamar desde una gran distancia para celebrar una junta. Al hacer
esto mostráis que colocáis a hombres que no tienen el corazón
santificado en el lugar donde Dios debe estar.
Aunque cometan algunos errores los que se hallan en diferentes
lugares, serán de mucho menor consecuencia que los errores come-
tidos por los que están en el corazón de la obra. ¿No podéis vosotros
ir al gran Dirigente que es magnífico en consejo? ¿Y no puede él
restaurar? ¿No puede él actuar en vuestro favor? ¿No lo hará si vais
a él como los niñitos van a sus padres? Existe demasiada arrogante
suficiencia en el instrumento humano. Dios no puede obrar con hom-
bres llenos de orgullo. Si éste no se depone, si el yo no es humillado,
Dios no puede actuar. Los que envían todas sus perplejidades desde
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las diferentes partes del mundo a Battle Creek, muestran la sabiduría
de los hombres, no la sabiduría de Dios
Presidentes de asociaciones
2 de agosto de 1896
Se me ha llamado la atención a la instrucción que el Señor se
ha dignado dar en
Obreros Evangélicos
. Me he levantado a las tres
de la mañana, y he leído el material contenido en el librito titulado
Conference Presidents
(Presidentes de Asociaciones), página 232.
Las mismas cosas me han sido presentadas una y otra vez. ¿Prestarán
atención nuestros hermanos a estas cosas, o se apartarán de la luz? El
presidente de la Asociación General debe proceder de acuerdo con
la luz dada, no contrariamente a la misma. Si los hombres cierran
sus ojos a los testimonios que Dios se ha dignado dar, y creen que
[
Estudio adicional:
Joyas de los Testimonios 1:508-513
;
522, 523
;
Testimonies for
the Church 4:494
;
Testimonies for the Church 5:409-411
.
]