Página 399 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Exhortación y amonestación
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en las actividades misioneras (
Special Testimonies to Ministers and
Workers,
N
o
11).
[472]
Las trampas de Sataná
[
veasé el Apéndice.
] Mientras el pueblo de Dios se acerca a los
peligros de los últimos días, Satanás sostiene diligentes consultas
con sus ángeles acerca del plan más eficaz para destruir su fe. El
ve que las iglesias populares ya están dormidas, arrulladas por su
poder engañador. Mediante sus agradables sofismas y sus milagros
mentirosos puede continuar teniéndolas bajo su dominio. Por lo
tanto, dirige a sus ángeles para que coloquen las trampas especial-
mente destinadas a los que esperan la segunda venida de Cristo y se
esfuerzan por guardar todos los mandamientos de Dios.
Dice el gran engañador: “Debemos vigilar a los que están lla-
mando la atención de la gente al sábado de Jehová. Inducirán a
muchos a comprender los requerimientos de la ley de Dios. Y la
misma luz que revela el verdadero día de reposo, revela también el
ministerio de Cristo en el santuario celestial y pone de manifiesto
que la última obra en favor de la salvación del hombre se está rea-
lizando ahora mismo. Mantened la mente de la gente en tinieblas
hasta que esa obra haya terminado, y nos aseguremos el mundo y la
iglesia también.
“El día de reposo es el gran asunto que ha de decidir el destino de
las almas. Debemos exaltar el día de descanso que nosotros hemos
creado. Hemos logrado que lo acepten tanto los mundanos como los
miembros de la iglesia. Ahora hay que inducir a la iglesia a unirse
al mundo para apoyarlo. Debemos trabajar por medio de señales
y maravillas para cegar sus ojos a la verdad e inducirlos a dejar a
un lado la razón y el temor de Dios y a seguir la costumbre y la
tradición.
“Yo voy a influir sobre los ministros de las iglesias populares
para que desvíen la atención de sus oyentes de los mandamientos de
Dios. Lo que las Escrituras afirman que es la perfecta ley de libertad,
[473]
debe ser presentado como un yugo de servidumbre. La gente acepta
las explicaciones de las Escrituras de parte de sus pastores, y no
[
Este capítulo está basado en el capítulo 27, páginas 337 a 340, del cuarto tomo de
Spirit of Prophecy,
publicado en 1884.
]