Página 409 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas
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en el corazón humano, y no necesita que nadie controle la obra de
su Espíritu.
“Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna
cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye
en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones
que le hayamos hecho”. Dios ha designado a los ángeles que hacen
su voluntad para que respondan las oraciones de los mansos de la
tierra y para que guíen a sus ministros con consejo y juicio. Los
agentes celestiales tratan continuamente de impartir gracia, poder y
consejo a los fieles hijos de Dios, para que puedan hacer su parte en
la obra de comunicar la luz al mundo. El maravilloso sacrificio de
Cristo ha hecho posible que todo hombre realice una obra especial.
Cuando el obrero recibe sabiduría de la única Fuente verdadera,
se convierte en un canal puro de luz y bendición porque recibe su
idoneidad para el servicio mediante ricas corrientes de gracia y luz
procedentes del trono de Dios.
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Responsabilidad individual y unidad cristian
Sanatorio, California,
16 de enero de 1907
Vivimos en una época cuando todo verdadero cristiano debe
mantener una relación viva con Dios. El mundo está lleno de los
sofismas del enemigo y estamos seguros solamente cuando apren-
demos las lecciones de la verdad del mismo gran Maestro. La obra
solemne en que estamos empeñados demanda de nosotros un esfuer-
zo poderoso y unido bajo la dirección divina.
El Señor desea que sus obreros se aconsejen mutuamente; no que
avancen en forma independiente. Los que han sido hechos ministros
y guías del pueblo deben orar mucho cuando se reúnen. Eso les
brindará una ayuda y un ánimo maravillosos, vinculará corazón con
corazón y alma con alma, induciendo a cada hombre a la unidad, a
la paz y al poder en sus esfuerzos.
Nuestra fuerza reside en llevar nuestras cargas al gran Portador de
cargas. Dios honra a los que acuden a él y le piden ayuda, creyendo
con fe que la recibirán.
[
De
Special Testimonies, Serie B, 9:14-36
.
]