Página 413 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas
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¡Oh, cómo se regocijaría Satanás si tuviera éxito en sus esfuerzos
por infiltrarse en medio de este pueblo y desorganizar la obra en un
momento cuando la organización completa es esencial, puesto que
será el mayor poder para impedir la entrada de movimientos espurios,
y para refutar pretensiones que no tienen apoyo en la Palabra de
Dios! Necesitamos sujetar las riendas en forma pareja, para que no
se destruya el sistema de organización y orden que se ha levantado
gracias a una labor sabia y cuidadosa. No se debe permitir la acción
de ciertos elementos desordenados que desean manejar la obra en
este tiempo.
Unidad de esfuerzo
Algunos han adelantado la idea de que, a medida que nos acer-
quemos al fin del tiempo, cada hijo de Dios actuará independiente-
mente de toda organización religiosa. Pero he sido instruida por el
Señor en el sentido de que en esta obra no existe tal cosa como que
cada hombre puede ser independiente. Todas las estrellas del cielo
están sujetas a la ley, y cada una influye sobre las demás para que
hagan la voluntad de Dios, sometiendo su obediencia común a la ley
que gobierna sus movimientos. Y para que la obra de Dio
pueda
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progresar con salud y firmeza, su pueblo debe avanzar unido.
Los movimientos espasmódicos y caprichosos de algunos que
pretenden ser cristianos, están bien representados por la forma en
que se mueven los caballos fuertes pero no domados. Cuando uno
tira hacia adelante, el otro tira hacia atrás; y a la voz del amo uno
avanza y el otro se queda inmóvil. Si los hombres no van a avanzar
de común acuerdo para llevar a cabo la grandiosa obra que hay que
hacer en este tiempo, habrá confusión. No es buena señal que los
hombres rehúsen unirse a sus hermanos y prefieran actuar solos.
En lugar de aislarse, avancen en armonía con sus colaboradores. A
menos que lo hagan, actuarán a destiempo y en dirección equivocada.
Obrarán a menudo en contra de la voluntad de Dios, de manera que
su trabajo será peor que desperdiciado.
[
17—T. M.
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