Página 207 - La Voz

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Se nos debe escuchar sin tener que gritar
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puede fijar los puntos en su mente, y no tienen tiempo de recibir
la impresión, que es tan importante que reciban; ni tampoco hay
tiempo para que la verdad los afecte, como de otra manera los habría
afectado.
Hablar por la garganta, dejando que las palabras salgan de la
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extremidad superior de los órganos vocales, irritándolos y moles-
tándolos, no es la mejor manera de preservar la salud o aumentar
la eficiencia de dichos órganos. Usted debe tomar una inspiración
profunda, y dejar que la acción venga de los músculos abdominales.
Que los pulmones sean sólo canales, pero no dependa de ellos para
hacer el trabajo. Si usted deja que las palabras salgan de lo profundo,
ejercitando los músculos abdominales, podría hablar ante miles de
personas tan fácilmente, como hablaría ante diez. Algunos de nues-
tros predicadores se están suicidando por medio de tediosas y largas
oraciones y predicaciones, cuando un tono más bajo haría mejor
impresión, y les ahorraría sus propias fuerzas. Ahora bien, si sigue el
impulso del momento, sin importarle las leyes de la vida y la salud,
no culpe a Dios, si sufre un colapso nervioso.—
Testimonies for the
Church 2:615, 616
.
Oraciones que todos puedan oír
—A los que piensan entrar en
la obra de Dios como ministros, les diría: Propónganse ser perfectos
en su manera de hablar. Pídanle a Dios que los ayude a alcanzar este
gran objetivo. Cuando oren ante la congregación, recuerden que se
están dirigiendo a Dios, y que él quiere que hablen de manera, que
todos los presentes puedan escuchar y puedan mezclar sus súplicas
con la de ustedes. Las oraciones que se ofrecen con tanta rapidez
que las palabras se amontonan unas sobre otras, no honran a Dios y
no hacen bien a los oyentes. Que los pastores que ofrecen oraciones
en público aprendan a hacerlo de tal manera que Dios sea glorificado
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y los oyentes bendecidos. Hablen despacio y claramente y en un
tono suficientemente alto que todos puedan escuchar, y se puedan
unir al decir, Amén.—
Testimonies for the Church 6:383
.
Hablar alto es peligroso para la salu
.
Pastor Farnsworth:
“¿Cree usted, señora White, que muchos de nuestros predicadores
se han hecho mucho daño, por su forma de hablar?”
Diálogo espontáneo durante una participación de la hermana Ellen G. White en una
reunión de la junta de la Asociación General celebrada en Lake Goguac, Míchigan, el 14
de junio de 1890.