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La higiene mental
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Hay que evitar el exceso de trabajo
He oído acerca de muchos obreros cuya salud se está quebrantan-
do debido a la presión de las cargas que llevan. Esto no tiene por qué
ser así. Dios desea que recordemos que somos mortales. No debe-
mos abarcar demasiado en nuestra obra. No debemos mantenernos
bajo tal presión que nuestras facultades físicas y mentales lleguen
a agotarse. Se necesitan más obreros a fin de quitar algunas de las
cargas de los que ahora las soportan pesadamente.—
El Evangelismo,
479 (1904)
.
No vivir dos años en uno solo
Al alumno que desea realizar en un año el trabajo de dos años,
no se le debe permitir salirse con la suya. Pretender realizar un do-
ble trabajo significa, para muchos, recargar en exceso la mente y
descuidar el ejercicio físico. No es razonable suponer que la mente
puede asimilar una provisión excesiva de alimento mental; y recar-
gar la mente es un pecado tan grande como recargar los órganos
digestivos.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca
de la Educación Cristiana, 282 (1913)
.
El estudio excesivo debilita el dominio propi
El exceso de estudio, al incrementar la afluencia de sangre al
cerebro, produce una estimulación enfermiza que tiende a debilitar
el dominio propio, y con mucha frecuencia da lugar al impulso o
al capricho. De ese modo se abre la puerta a la impureza. El uso
indebido o la falta de uso de las facultades físicas es, en gran medida,
la causa de la corriente de corrupción que se extiende por el mundo.
La “soberbia, pan de sobra, y abundancia de ocio” son enemigos
tan fatales del progreso humano en esta generación, como cuando
causaron la destrucción de Sodoma.—
La Educación, 209 (1903)
.
Variedad en lo que pensamos
Cuando se persiste de forma exclusiva en una determinada línea
de pensamiento, a menudo la mente se desequilibra. Pero pueden
Véase el capítulo 54, “El exceso de estudio”.