Página 293 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Declaraciones referentes al empleo de drogas
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za, y donde la gente pueda ser enseñada a tratarse a sí misma cuando
está enferma; donde se aprenda a comer con temperancia alimentos
sanos, y donde se enseñe a rehusar toda clase de narcóticos—té, café,
vino fermentado, y estimulantes de todo tipo—y a descartar la car-
ne de animales muertos.
Temperance, 88, 89
[Manuscrito General,
1896].
El ideal: abandonar completamente las drogas
.—Cuando com-
prendáis la fisiología en su verdadero sentido, vuestras cuentas de
drogas serán considerablemente menores, y finalmente dejaréis por
entero de tratar con las drogas. El médico que depende de la medica-
ción a base de drogas en su práctica, demuestra que no comprende
le delicada maquinaria del organismo humano. Está introduciendo
en el sistema una semilla que nunca perderá las propiedades destruc-
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tivas a lo largo de toda la vida. Os digo esto porque no me atrevo a
ocultarlo. Cristo pagó demasiado por la redención del hombre para
que se trate el cuerpo humano en forma tan inmisericorde como se
lo ha hecho mediante la medicación a base de drogas.
Hace años el Señor me reveló que deberían establecerse institu-
ciones para tratar a los enfermos sin drogas. El hombre es propiedad
de Dios, y el perjuicio que se ha causado a la habitación viviente y
el sufrimiento ocasionado por la semilla mortífera sembrada en el
organismo humano constituyen una ofensa a Dios.
Medical Ministry,
229
[A un médico prominente y a su esposa; 1896].
La presencia divina en la sala de operacione
Cristo en la sala de operaciones
.—Antes de ejecutar una opera-
ción crítica, implore el cirujano la ayuda del gran Médico. Asegure
al paciente que Dios puede hacerle salir bien de la prueba, y que en
todo momento angustioso él es el refugio seguro para los que en él
confían.—
El Ministerio de Curación, 118 (1905)
.
El Salvador está presente en la habitación del enfermo y en la sala
de operaciones; y su poder, para gloria de su nombre, lleva a cabo
grandes cosas (Manuscrito 159, 1899 [Manuscrito “Los privilegios
y los deberes del médico cristiano”]).
Las Declaraciones de Este Capítulo Suprimirán Toda Duda Acerca de la Propiedad
de la Cirugía y de la Anestesia.