Página 286 - Conducci

Basic HTML Version

282
Conducción del Niño
Cocinar y coser son lecciones básicas
—Las madres debieran
llevar a sus hijas a la cocina con ellas para darles una educación ade-
cuada en ese sector de la casa. También debieran instruirlas en el arte
de coser bien. Debieran enseñarles a cortar prendas económicamente
y luego a coserlas con prolijidad. Algunas madres prefieren hacer
esto ellas mismas antes que molestarse en enseñar pacientemente
a sus hijas, faltas de experiencia. Pero al hacer esto, descuidan los
aspectos esenciales de la educación y cometen un gran error contra
sus hijas, pues con el correr de la vida se sienten molestas debido
a su falta de conocimiento en estas cosas.—
An Appeal to Mothers,
15
.
Dad preparación tanto a los muchachos como a las niñas
Puesto que tanto los hombres como las mujeres tienen una parte en
la constitución del hogar, tanto los niños como las niñas deberían
obtener un conocimiento de los deberes domésticos. El tender la
cama, ordenar una pieza, lavar la ioza, preparar una comida, lavar
y remendar su ropa, constituyen una educación que no tiene por
qué hacer menos varonil a ningún muchacho; lo hará más feliz v
más útil. O si las niñas, a su vez pudiesen aprender a enjaezar y
[330]
guiar un caballo
manejar el serrucho y el martillo, lo mismo que el
rastrillo y la azada, estarían mejor preparadas para hacer frente a las
emergencias de la vida.—
La Educación, 212, 213
.
Es tan esencial para nuestras hijas aprender el debido uso del
tiempo como lo es para nuestros hijos. y son igualmente responsables
ante Dios por la manera en que lo ocupan. La vida nos es dada para el
sabio perfeccionamiento de los talentos que poseemos.—
The Health
Reformer, diciembre de 1877
.
Considérese un privilegio el conservar la energía de la ma-
dre
—Cada día hay trabajos domésticos que hacer: cocinar, lavar los
platos, barrer y limpiar el polvo. Madres, ¿habéis enseñado a vues-
tras hijas a hacer estos deberes diarios? . . . Sus músculos necesitan
ejercicio. En lugar de ejercitarse saltando y jugando a la pelota o al
croquet, hagan su ejercicio con algún propósito.—
Manuscrito 129,
1898
.
Nota
: Esto fue escrito en 1903, pero el principio implicado es plenamente aplicable
hoy día.